Señal de Texaco entre Ely y Tonopah, Nevada

Capturando la nostalgia del pasado, en contraste con la continuidad del presente, Ormerod se inspira en nuestra experiencia mediada del sur de Estados Unidos; mediada por el cine clásico, es casi la representación por excelencia del desierto. Los cables telefónicos nos transportan al siglo XX.

Las fotografías de Omerod son discretas, pero muestran una América invisible, donde el corazón industrial se deteriora, las carreteras están vacías y los pueblos, desiertos. Los protagonistas de la obra de Omerod son los marginados. Una adolescente recorre su barrio en bicicleta con una máscara de hockey al estilo de Halloween, un nativo americano se encuentra en un cementerio; sus expresiones son indescifrables.

La obra subvierte los íconos tradicionales estadounidenses. Una valla blanca está incrustada, una enorme valla publicitaria de Miss Teen Dakota USA se yergue junto a una carretera desierta. Invirtiendo el famoso letrero de Hollywood, Ormerod fotografía un letrero de Texaco desde atrás, dominando el paisaje vacío del Oeste.

Las obras también muestran humor: un dinosaurio gigante de imitación se alza amenazante en la distancia de un paisaje desértico, y una cabeza de alce disecada se exhibe en el escaparate de un restaurante. Los temas de la obra son poco convencionales, surrealistas y, en ocasiones, mundanos, pero crean la atmósfera de una América remota y misteriosa.